jueves, 7 de mayo de 2009

[4.8]

"Yo quiero que vengas conmigo a cualquier otra parte. Y aprenderé a no tropezarme en la primera piedra que encuentre en el camino, y lucharé por cambiar todo aquello que no me hace bien"

Como son los sentimientos amigo, cuando son verdaderos. Dos meses hace que escribí esa frase en la anterior entrada y sigo sintiendola mía como desde el primer día, porque sigo queriendo que vengas conmigo a cualquier otra parte.

El motivo de esta entrada, seguramente no sea tan profundo como las dos anteriores (estoy empezando a desquitarme de aquella adicción por el drama fácil) pero quizás necesario para mí en mi interior. El ser humano, en plena época de la deshumanización y la superficialidad barata, ha aprendido a desgastar el significado de las palabras, muchas veces, por qué no, para crearse un escudo fuerte y consistente contra el abismo al que se enfrenta cada día, a las traiciones, las dobles caras y los intereses personales.

Y yo, desde este, mi, nuestro, humilde blog, este hueco perdido en el mundo de espacio virtual, esta ventanita donde, espero, solo nos podemos asomar tu y yo, no quería perder la oportunidad de darte las GRACIAS más sinceras y profundas que alguna vez haya dicho en esta vida.

Gracias por todo, por hacer mi vida mucho más feliz día a día, por haberme dado tantas cosas en poco tiempo y por enseñarme muchas cosas queriendo y sin querer (ya sabes de mi predilección por aquellos maestros que enseñan sin darse cuenta). Esto no es una despedida ni nada parecido, simplemente creo que a veces, hay que hacer un alto en el camino para ser sincero y agradecido con la gente que te ayuda en el día a día a dar un paso tras otro, a la gente que te rodea y que de verdad quiere para tí lo mejor, y te coge de la mano para que lo consigas.

Aquí estoy, cogido de tu mano. Me da igual que me separen 400 kilómetros, la distancia queda en segundo plano entre dos personas como tu y yo. No me hace falta tenerte en frente para sentir un abrazo tuyo, un brazo por encima de mi hombro o un beso de los que rozan la mejilla. Te siento cerca, Chris, te tengo presente en mi vida diaria y para mí, eres uno de los más importantes. Y no te voy a soltar nunca porque tu no lo has hecho nunca. Ni en lo bueno ni en lo malo, como las buenas amistades que se construyen con tranquilidad y buen savoir-faire. Me da igual todas las cosas que nos pasen o que nos dejen de pasar: el tiempo me ha enseñado que todas ellas se van, y dejan hueco a lo verdaderamente real: dos personas que se quieren, se respetan y se necesitan, dos amigos que intentarán luchar por un "para siempre" dentro de sus posibilidades.

Me siento orgulloso realmente de tenerte cerca y poder disfrutar de tí, de vivir el día a día contigo. Cuando estamos juntos realmente es todo muy bonito, pero hay algo, algo en tí, en nosotros, que consigue que un par de días de nostalgia post-encuentro, se conviertan en ilusión por un futuro reencuentro en cualquier otra parte. Guardo en la memoria muchas cosas del último viaje: el Sol cayendo sobre nosotros mientras tu conduces, nuestra primera vez escuchando La Juani a treinta centímetros, tus amigas que me trataron con un cariño impresionante, nuestros paseos por Murcia enseñandome tu vida normal, la ciudad que yo miraba cada noche antes de dormirme, tu forma de cocinar mientras yo te miraba, darme tus buenos días y tus buenas noches... y mil cosas más, que quedan guardadas en el baúl más profundo de mi ser.

Hay días como hoy en los que merece la pena recapitular, sí. Para sentir que aún seguimos vivos y que tenemos muchos motivos para ser felices. Yo soy feliz, Christian, y tu eres uno de los motivos más reales que lo certifican. QUIERO QUE VENGAS CONMIGO, A CUALQUIER OTRA PARTE.



G R A C I A S



DGJ
Te quiere.
Franchejo Blázquez